Cuando pensamos en sardina, inmediatamente nos viene a la mente la imagen de un pez plateado pequeño y delgado con cabeza puntiaguda, pero en realidad las sardinas son mucho más que eso, sigue leyendo y descubre las maravillas de esta especie pelágica.
Empecemos por conocer su origen, la palabra pelágico viene del griego “pelagos”, y significa océano; esto quiere decir que la zona pelágica se extiende desde el borde continental hacia el mar abierto y dependiendo de su profundidad se puede dividir en diferentes zonas, muy cerca de la superficie encontramos diferentes especies como barracudas, tiburones, atún y por supuesto, las sardinas.
Habitan en grandes bancos llamados cardúmenes y alcanzan a medir entre 15 y 50 metros en conjunto, este grupo se mueve constantemente y nos enseña lo que es un verdadero trabajo en equipo, ya que todos juntos están comunicados y saben perfectamente hacia dónde ir, siempre buscando aguas cálidas durante sus migraciones o protegiéndose de los tantos depredadores que se encuentran en el camino, como un dato aún más curioso de estos magníficos ejemplares es que cuentan con un mecanismo óptico en la piel que funciona como reflector de la luz para ocultarse de sus enemigos, lo logran aprovechando al máximo su capacidad reflectante para camuflarse en el campo de luz que existe bajo el agua; en otras palabras, su piel plateada ayuda a modificar los rayos luminosos de forma que puedan crear señales iridiscentes para comunicarse, incrementar la sensibilidad en zonas con poca luz o como camuflaje.
Estos magníficos peces los podemos encontrar a máximo doscientos metros por debajo de la superficie, en la zona epipelágica, aunque durante el día los podemos encontrar a 50 metros y por la noche pueden llegar a estar a tan solo 30 cm de la superficie. Por lo general, son animales omnívoros, se alimentan de fitoplancton, zooplancton o larvas de crustáceos y su cuerpo fusiforme les permite moverse con rapidez y evadir a sus depredadores como marlines rayados, peces vela, lobos marinos e incluso algunas aves. Para el consumo humano, esta especie se captura a través de diferentes embarcaciones, en México, los estados con mayor producción de sardinas son Sonora, Baja California y Baja California Sur, logrando que el 4.8% de la pesca mundial de sardinas sea de origen mexicano y que además esté disponible en nuestro país todo el año para que puedas disfrutar de su sabor.
Al ser un pescado azul con un corto periodo de vida la acumulación de toxinas, como el mercurio, no es preocupación para el consumo humano, ya que no pasa el tiempo suficiente para que puedan absorber estos contaminantes, es por esto que las sardinas tienen un alto valor nutricional ya que es un alimento que nos brinda grandes beneficios como proteínas, Omega 3, vitaminas A, B y D; minerales como calcio, fósforo, potasio, zinc, yodo, hierro y magnesio, además son bajos en calorías y por si fuera poco, nos ayudan a equilibrar los niveles de grasas saturadas en nuestra dieta diaria, además, pueden prepararse de diferentes maneras, si no sabes cómo, nosotros tenemos deliciosas recetas con sardinas que seguro te encantarán.
Ahora que conoces un poco más acerca de estos peces, recuerda incluirlos constantemente en tu dieta y si quieres recibir más ideas de cómo preparar sardina en lata únete a nuestro newsletter para recibir todo el sabor del corazón del océano a tu mesa.